OPINION
29 de noviembre de 2019
LOS PARTIDOS VECINALES: LA HERRAMIENTA ELECTORAL QUE MUCHOS TIENEN Y NO TODOS MUESTRAN.
La importancia de los vecinalismos es cada vez mayor.
Las últimas elecciones y los verticalismos partidarios hacen que los partidos vecinales sean un buen instrumento político para salir de encerronas electorales.
Por Elena Maria Guiraldes.
La polarización nacional de las últimas elecciones y los verticalismos partidarios hicieron y hacen que los partidos vecinales sean un buen instrumento político para salir de encerronas electorales.
Aun formando parte de espacios nacionales, muchos intendentes ganaron en su momento ayudados por partidos vecinales.
Pioneros de los armados vecinales funcionales con afinidad a espacios nacionales fueron Enrique “Japones” Garcia en Vicente López, Gustavo Posse en San Isidro y Ricardo Ivozcuz en San Martín, todos de origen radical que usaban los vecinalismos para defender sus territorios ante la baja representación que ofrecía la sábana del partido de Alfonsín tras la crisis del 2001.
Pero el modelo también fue copiado por Sergio Massa en Tigre, Posse en San Isidro, Gustavo Pulti en Mar del Plata en el 2007; de Luis Andreotti en San Fernando en el 2011, y así podríamos seguir nombrando.
Hasta antes de la reforma electoral de las PASO los usaban como listas espejos o duplicadas.
A partir de la reforma muchos los usan incorporándolos a los acuerdos nacionales de sus espacios y luego los utilizan para promover el corte de boleta a favor del intendente de turno.
En otros casos los usan como herramientas para dividir votantes entre opositores, fomentando la candidatura de dirigentes locales que le resten votos a competidores peligrosos.
Para fuentes consultadas del organismo electoral provincial, con mucha experiencia de estos armados “Muchos intendentes o dirigentes de peso del Gran Buenos Aires tienen un partido vecinal a mano. Sea para sumarlo como apoyo electoral a su gestión, sea para dividir votos de la oposición, o para tenerlo a mano si un día el espacio nacional en el que participan quiere condicionarlos o no les es útil estar en sábana.”
Un dato llamativo. En estas elecciones la única alianza de solo agrupaciones vecinales de toda la provincia de Buenos Aires se dio en San Isidro. Convocación Cívica Cambia San Isidro fue integrada por 3 partidos vecinales y fue una de las sorpresas electorales en el Gran Buenos Aires, terreno difícil si los hay. Sacaron más de 20 puntos, casi 45 mil votos, y hoy son el espacio 100 % vecinal que más votos sacó en toda la Provincia, transformándose en la segunda fuerza en el Concejo Deliberante de San Isidro.
Consultamos a Carlos Castellano, actual concejal, uno de los principales armadores de esta alianza en San Isidro y un especialista en derecho electoral de la Provincia de Buenos Aires.
“En la Provincia de Buenos Aires hay casi 140 agrupaciones municipales vigentes, y muchos municipios del GBA tienen más de 2. En total hay más de 250 agrupaciones que en muchos casos son afines a dirigentes que integran espacios nacionales o son directamente instrumentos de los intendentes. Ello explica que en las pasadas elecciones 47 de estas agrupaciones vecinales integraron las Alianzas Nacionales.
Juntos por el Cambio fue quien más incorporó, con un total de 25, mayoritariamente porque son partidos de los intendentes o dirigentes de peso que los ponen en alianza para que no pierdan la personería o para usarlos como una herramienta que trabaja el corte de boleta. Siguió el Frente de Todos con 13 incorporaciones de agrupaciones vecinales. Por último Consenso Federal agrupó 9 partidos vecinales.” Informó Castellano conforme un relevamiento que hizo con su equipo de trabajo.
Le consultamos si estos armados vecinales no generaban tensiones entre los partidos nacionales y los líderes territoriales, según Castellano “ Es legítimo y aceptado por gran parte de la política Provincial. Con el actual sistema electoral de listas sábanas, si el armado y candidato nacional es potente todos quieren pegarse, y los armados nacionales necesitan de capilaridad territorial. Si no es así y la sábana les tira para abajo la oferta local se acepta que los territorios promuevan el corte y es mucho más fácil promoverlo desde un armado vecinal. La mayoría tampoco transparenta estas situaciones y hasta niegan que sean propios para poder sumar votos de corte local con un perfil de elector más independiente.”
Pero también hay vecinalismos más puros, con mucha institucionalidad interna y que se plantan como alternativas reales de gobierno Municipal.
San Isidro, Mar del Plata, Campana, Bahía Blanca, Tres Arroyos, Villarino, Pilar, San Antonio de Areco, Luján, Pinamar, tienen o tuvieron fuertes vecinalismos que incluso fueron gobierno.
Tres Arroyos y Villarino hoy siguen gobernados por partidos vecinales.
De lo que investigamos llegamos a la conclusión que hay vecinalismos “puros” que compiten realmente por el poder Municipal, y armados más vinculados a necesidades de dirigentes que forman parte de espacios nacionales, que utilizan o no a sus partidos vecinales según el contexto electoral en el que deban competir.
Tener una agrupación vecinal parece ser un reaseguro para muchos. Siempre pueden ser útiles. Sea para apoyar, dividir o garantizarse camiseta para poder jugar la elección.
En el actual contexto las agrupaciones vecinales pueden tomar otro color. La crisis económica y social no será fácil de transitar y hay que ver cómo llegan los espacios nacionales a las elecciones legislativas del 2021.
Las polarizaciones fuertes, como las que se dieron en esta elección, debilitan las terceras opciones, y entonces los vecinalismos puros también se debilitan.
Pero las crisis políticas y de representación los vuelven a hacer renacer. En esta Argentina tan incierta, en un contexto que se proyecta de dificultades difíciles de resolver, las elecciones legislativas del 2021 puede ser una bisagra. O se consolida un bipartidismo, o una nueva frustración de la ciudadanía con la política nacional puede hacer que el elector deposite nuevamente su mirada en estos espacios que son más cercanos y amigables con la gente en cada Barrio.
Sea porque vuelva la frustración de los ciudadanos con la política, o porque las internas de los espacios nacionales condicionan el juego propio, siempre va a ser bueno que los liderazgos territoriales tengan a mano un partido vecinal. En la Argentina de la incertidumbre nunca está de más.