Tomar mate es parte de la cultura argentina. Sin embargo, esta costumbre comenzó a cuestionarse cuando la incorporamos en prácticas que pueden atentar contra la seguridad vial. 

Cuando esta tradición se traslada al auto es posible que se convierta en una peligrosa distracción al volante. Así lo señala un informe reciente del Observatorio Vial de CECAITRA (Cámara de Empresas de Control y Administración de Infracciones de Tránsito), que reabre el debate sobre los hábitos naturalizados pero inseguros a la hora de conducir.

Según el estudio, el 80% de los conductores encuestados reconoce que muchas de las infracciones viales tienen su origen en conductas típicamente argentinas, como usar el celular, fumar, comer, beber o tomar mate mientras se maneja. 

La encuesta, realizada a 1.426 hogares del Área Metropolitana, mostró que el 29% de los encuestados considera que las transgresiones se deben al desprecio por las normas; un 21%, a la falta de atención de los conductores; y otro 21%, a la presencia de conductores alcoholizados. Es decir, para 7 de cada 10 personas, la responsabilidad recae principalmente en quien maneja.

A pesar de que cebar no está expresamente prohibido por la legislación nacional, algunas provincias como Mendoza y Córdoba ya imponen multas por esta práctica.

Expertos en seguridad vial advierten que el proceso de cebar mate puede generar múltiples distracciones físicas, visuales y cognitivas. Desde intentar alcanzar el termo hasta enfrentarse a derrames de yerba o salpicaduras de agua caliente. Además, ante un impacto inesperado, la bombilla podría convertirse en un objeto cortante y letal para el conductor o sus acompañantes.

“El problema no son las multas, sino que la gente se muere”, enfatizó un especialista consultado por CECAITRA, al comparar esta práctica con el uso del celular o la conducción bajo los efectos del alcohol.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, las distracciones al conducir pueden clasificarse en cuatro tipos: visuales (desviar la vista del camino), cognitivas (estar mentalmente ausente), físicas (manipular objetos en lugar de mantener ambas manos en el volante) y auditivas (responder llamadas o mensajes). Y el mate, aunque culturalmente esté aceptado, puede agrupar más de una de estas formas de distracción.