Un mano a mano con el dirigente del vecinalismo de San Isidro, pero de claro origen radical Carlos Castellano. Durante años de las principales espadas políticas de Posse, del que se alejó hace tiempo.

Lo vemos activo en las redes sociales ¿Participa de la interna del radicalismo?

Yo armé un espacio vecinal, porque en San Isidro Cambiemos era contradictorio y no garantizaba los valores republicanos que expresaba defender. No participo de manera directa pero sí acompaño a quienes considero que defienden esos valores de honestidad, ética republicana, solidaridad y coherencia que son base del pensamiento y acción política radical, pero que también representan una renovación. Sin dudas Manes y Abad representan los valores éticos del radicalismo y la renovación que creo hace falta.

¿Y Posse?

Posse los perdió hace rato esos valores. Creo que no tiene autoridad moral para hablar de renovación política, ni de radicalismo, al que traicionó muchas veces. Hoy se hizo de nuevo radical porque le conviene. Hay que tener cuidado de que no lo entregue al peronismo para dividir a la oposición.

No es renovación porque hace más de 20 años que es intendente, tantos como Gildo Insfran en Formosa. Y fue parte del problema del radicalismo. ¿Te parece que Casella o Fredy Storani que tienen mas de 70 años, y Posse de 60 pirulos pueden ser la renovación que la UCR necesita?

Posse abandonó el radicalismo para irse primero con el kirchnerismo. Apoyó y hizo que sus diputados votaran la 125 que promovió quien hoy lo apoya, Martín Lousteau. Menos mal que estaba Julio Cobos.! Volvió y lo perdonaron. En el 2012 vuelve a abandonarlo para irse con Macri. En el 2013 lo deja a Macri y se va con Massa. Vuelve y lo perdonan. Se oponía a que Maria Eugenia Vidal sea la candidata, luego se cansó de chuparle las medias. Tras perder las elecciones del 2019 rompió el Bloque de Cambiemos para tener margen y acordar con el nuevo gobierno peronista. Ahora vuelve y quiere presidirlo. Parece poco serio.

El radicalismo es un partido de valores, que rescata figuras honestas que murieron pobres, cómo Yrigoyen, Elpidio Gonzalez, Illia, Alfonsín.

Posse tiene un problema con esos valores radicales. Tiene pendiente graves denuncias por corrupción, -una donde se pagaron 250 casas del Plan Federal de Viviendas y solo se entregaron 40-, causas frenadas solo por la ineficiencia y corruptela judicial. Tiene una denuncia por espionaje, entre los cuales sospecho he sido una de las víctimas. Denuncias por patoterismo político hechas por los jóvenes de Convocacion en varias campañas. Ahora la inmoralidad de haber armado un #VacunatorioVip en San Isidro. Tiene todos los vicios de los viejos barones del conurbano, a los cuales les ha pedido apoyo en estas internas porque todos trabajan para derogar la Ley que prohíbe las re re elecciones.

El radicalismo tiene poco que ver con lo que representan esas prácticas políticas de Posse, más cercanas a las de un “pillo de la política” que a las de un dirigente y estadista que es lo que se necesita el radicalismo y la Argentina.