Jueves 11 de Diciembre de 2025

CIENCIA

10 de diciembre de 2025

LA CATÁSTROFE SILENCIOSA: EL DESMANTELAMIENTO CIENTÍFICO COMO POLÍTICA DE ESTADO

La crisis en la ciencia argentina

La atrocidad de ver una y otra vez cómo se destruye un pilar fundamental de la Nación ha generado una peligrosa anestesia social. Desde que Javier Milei asumió la Presidencia en diciembre de 2023, la comunidad científica ha alzado su voz de alarma de forma incesante, gritando contra la desidia y la deliberada intención de aniquilar el sector.

La atrocidad de ver una y otra vez cómo se destruye un pilar fundamental de la Nación ha generado una peligrosa anestesia social. Desde que Javier Milei asumió la Presidencia en diciembre de 2023, la comunidad científica ha alzado su voz de alarma de forma incesante, gritando contra la desidia y la deliberada intención de aniquilar el sector. Marchas, manifestaciones y ferias de investigadores han sido las trincheras desde donde se ha denunciado cada movimiento de un Poder Ejecutivo empecinado en el desmantelamiento total de la ciencia argentina.

Ahora, la embestida ha alcanzado un nivel de cinismo inédito. La Agencia I+D+i, tutelada por la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología bajo la órbita de Darío Genua, ha consumado un acto de devastación institucional: la anulación de las convocatorias a proyectos de investigación PICT 2022 —que ya contaban con adjudicación— y el cierre definitivo de la convocatoria 2023. La consecuencia es clara y demoledora: el próximo año, Argentina se consagrará como el único país de América Latina que se rehúsa a invertir en ciencia, según la denuncia categórica de la Red de Autoridades de Institutos de Ciencia y Tecnología (Raicyt).

"El jueves 4 de diciembre de 2025 será recordado como la fecha tristemente célebre que marcó el punto de inflexión en el desguace del sistema científico de la Argentina", sentenció la Raicyt, que agrupa a más de 400 directivos y ha bautizado esta política como un abierto "cientificidio". La respuesta de la comunidad no se ha hecho esperar: una concentración masiva en el Polo Científico de Palermo está programada para el próximo miércoles para rechazar y denunciar estos recortes que hunden al país en la oscuridad.

La Agencia I+D+i, creada en 1996, era la arteria vital que financiaba al sistema científico. Tras la disolución del Ministerio de Ciencia y Tecnología en 2023, la dependencia de la Secretaría fue el preludio de su destrucción. La herramienta principal, los Proyectos de Investigación Científico/Tecnológicos (PICTs), que históricamente financiaban unos 1500 proyectos al año, simplemente ha sido erradicada por el gobierno de Milei.

La parálisis es total y criminal. Los cerca de 800 proyectos PICT 2022 aprobados, que debieron ejecutarse en 2024, fueron congelados y finalmente anulados. La convocatoria 2023, postergada siete veces con excusas, ha sido borrada del mapa. El resultado: ni en 2024 ni en 2025 habrá nuevas líneas de financiación.

Valeria Levy, Vicedecana de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA e investigadora del Conicet, puso cifras al desastre: "En nuestra facultad, esta decisión elimina la financiación de 109 proyectos científicos que superaron concursos abiertos y transparentes". El resto de las líneas de financiación, como los programas Construir Ciencia y Equipar Ciencia, simplemente fueron barridas junto con el extinto Ministerio.

Jorge Geffner, miembro de la coordinación de Raicyt, doctor en Bioquímica e investigador superior del Conicet, no dudó en calificar la gestión: "Nefasto es la palabra. No hay diálogo alguno, solo un maltrato explícito y sistemático hacia todo el sector".

La situación es una calamidad histórica. Un informe del grupo EPC confirma que la función Ciencia y Tecnología (CyT) alcanzará este año un mínimo histórico en relación con el PBI (0,164 por ciento). En apenas dos años, el deterioro de la inversión asciende a un brutal 45,3 por ciento, superando con creces el ajuste implementado por Mauricio Macri (35,3%) y equiparando la inversión a los niveles de la peor crisis de la historia reciente, la de 2002.

Este ataque presupuestario se sincroniza con el asfixiamiento de las universidades nacionales, donde un gran número de científicos son también docentes. Levy advierte: "Sin sueldo y sin fondos es muy difícil trabajar y eso está produciendo un éxodo masivo de científicos-docentes".

En su intento de justificar el desmantelamiento con el discurso neoliberal, la Agencia I+D+i anunció una nueva convocatoria que es una farsa. La cantidad de vacantes es minúscula, dejando al 90 por ciento de los grupos sin financiamiento. Pero lo más grave es el requisito impuesto: el financiamiento solo se obtendrá si el proyecto cuenta con convenios con empresas privadas. Geffner lo desenmascara: "Planteado así, la Agencia deja de existir, salvo para unos pocos grupitos que logren proyectos con empresas".

Con esta maniobra, el gobierno, a través de la agencia dirigida por Natalia Avendaño y los directores Luis Gomez de Liguori y Verónica Vaccalluzzo, no solo desprecia la ciencia básica, sino que dinamita "el proceso complejo y virtuoso del desarrollo científico y tecnológico", destruyendo la vinculación indispensable entre ciencia básica y aplicada. Raicyt lo simplifica con una contundente analogía: "Así como no es posible obtener un título universitario sin haber transitado por la escuela primaria y secundaria, el camino científico es largo y requiere pasos", pasos que este gobierno se empeña en eliminar.

Por si fuera poco, la reducción de becas de investigación, que pasaron de 1.300 a 600 y están próximas a extinguirse, sentencia el futuro de las nuevas generaciones. El golpe final es la licuación salarial: el poder adquisitivo de los científicos se ha deteriorado entre un 30 y 40 por ciento desde diciembre de 2023.

"Este gobierno y los responsables de esta política pasarán a la historia como los artífices del cientificidio", concluyó Raicyt, haciendo un llamado desesperado a la ciudadanía a involucrarse y defender la ciencia argentina de calidad. El futuro y el desarrollo del país dependen de frenar esta política de destrucción estatal.



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