Hace 30 días los principales referentes del possismo en San Isidro y la Provincia decían que en el Municipio que gobierna Gustavo Posse -desde hace más de 22 años, con un presupuesto de más de 20 mil millones y más de 7200 empleados municipales-, esperaban aportar entre 8000 y 9000 votos a la elección provincial.

Pero eso no sucedió. A pesar de haber recorrido todos los programas de radio y televisión donde el Municipio gasta fortuna en prensa, lo mismo que en las redes sociales, o en los principales diarios. A pesar de haber metido hasta la política municipal a controlar sus votos no le alcanzó. El possismo apenas arañó los 5200 votos.

Enfrente el salvadorista Horacio Barreiro junto a los ex possistas Carlos Castellano (ex presidente del HCD local), Carlos Juncos (concejal y ex presidente de la UCR), Gabriel Estoroni (concejal), y Jorge Alvarez armaron lista y fiscalizaron, lo que obligó al gigantesco aparato político de Posse a tener que moverse y no poder hacer fraude.

Pero además en Circuitos como San Isidro o Beccar -donde Castellano, Juncos y Estoroni son fuertemente reconocidos, los amigos de Manes y Abad llegaron a casi el 20 % de los votos. Así lograron meter más de 800 votos a favor de Adelante Buenos Aires, que parece poco en San Isidro, pero que es mucho en comparación a los votos de muchos distritos grandes del interior y el propio GBA.

Por ejemplo en Tandil -Ciudad importante donde el radicalismo maneja la intendencia y cuenta con diputado nacional y provincial-, el total de votantes fue de 800. Los votos de San Isidro equivalen a varios municipios del interior juntos, y en otros casos a municipios importantes.

El possismo movilizó su tropa cautiva: empleados municipales y familiares, familias de proveedores municipales, muchos beneficiarios de planes sociales; todo aparato político. Así y todo muchos no los votaron. Se respira cierto cansancio de los vecinos hacia Posse, muchos fueron a votar solo por obligación, no por amor.