SALUD
29 de julio de 2020
LOS EFECTOS DE LA PANDEMIA EN EL ESTADO DE ANIMO
Licenciado Ignacio Enríquez, psicólogo miembro del equipo de psicoterapias cognitivas de INECO (Instituto de Neurología Cognitiva)
El Licenciado Ignacio Enríquez, psicólogo miembro del equipo de psicoterapias cognitivas de INECO (Instituto de Neurología Cognitiva) que lidera Facundo Manes, habló de los efectos de la pandemia y la cuarentena en los argentinos.
(RADIO NACIONAL) El Licenciado Ignacio Enríquez, psicólogo miembro del equipo de psicoterapias cognitivas de INECO (Instituto de Neurología Cognitiva) que lidera Facundo Manes, habló de los efectos de la pandemia y la cuarentena en los argentinos.
Enríquez mencionó que hasta el momento, “el balance que hacemos el equipo de profesionales es el de un escenario esperable. Al arrancar la cuarentena el escenario es estresante, agresivo. Es un contexto realmente incómodo para todos y para algunos desesperanzador, sobre todo por lo económico y a nivel de salud. Esperábamos, al menos desde lo personal, que no fuesen meses sencillos y que la gente sentiría el peso de un estrés regular constante y diario, como es el de la cuarentena al atravesar una pandemia, con toda la incertidumbre y los miedos que se pueden generar y que son normales. Es el miedo a contraer la enfermedad y el estrés por todo lo que ha venido sucediendo durante estos últimos cuatro meses”.
Enríquez dijo haber leído algunos comentarios del síndrome de la cabaña en países donde ya se ha liberado la cuarentena y muchas personas han decidido no salir aún de sus casas, quedarse en sus hogares y mantener el trabajo a distancia. Mencionó que se trata de un comportamiento esperable.
“No podría hablar de síndrome específicamente, porque es una observación la que se hace. No está clasificado aún como un cuadro de enfermedad o algo relevante, pero es peculiar y válido que algunas personas mantengan y tengan restos de este miedo y cuidado hacia el exterior. Entonces deciden de manera consciente, por miedo a enfermarse, quedarse en sus hogares para resguardarse del virus. Es esperable que alguna gente tenga una cuota de eso. En el futuro, aún con una cura, puede que a algunas personas les cueste salir de sus casas”.
El psicólogo aseguró que en estos meses de aislamiento es más compleja la convivencia, en la medida en que haya más personas convivientes. La situación también depende de los recursos con los que cuente cada familia y aún en una casa con ciertas comodidades, como patio y acceso a espacios abiertos. Aún así todos tienen que poner lo suyo para hacer que la convivencia sea lo más tranquila posible.
“Se viene una puesta en escena con acuerdos para mejorar la convivencia, porque se van a ver afectados y habrá tensiones propias de los involucrados y de la interacción que genere convivir por tanto tiempo”.
El profesional mencionó que es normal sentirse ansioso o temeroso frente a esta situación de pandemia, por lo que es importante prepararse para superar esos sentimientos, o al menos controlarlos.
“Invito a que cada uno haga un balance de cómo está atravesando este momento. Es decir que cada uno, de forma privada, con un tercero o guiado por un profesional de salud mental, pueda hacer un balance de cómo viene manejando estos días. No hay una manera adecuada, como una receta de cocina, pero sí invito a pensar en cómo cada uno está y si se siente afectado, conectarse con ese sentimiento y ver qué tanto lo afecta en las actividades de la vida diaria, cómo lo está gestionando y si en ese balance, que no va a salir extremadamente positivo, ver si uno está haciendo un esfuerzo para manejar la situación de la mejor manera, sabiendo que la cuarentena va seguir por muchos meses más. Y si no sigue la cuarentena puede que siga el miedo a la enfermedad, por lo que habrá que esperar la respuesta de la ciencia para que haya un tratamiento eficaz y me sienta seguro de poder abrazar a mi abuelo o a mi papá”.
Finalmente el profesional señaló que es válido no estar solo con estas sensaciones y compartir emociones, dado que eso permite generar fortalezas y mantenerse estable frente a una situación atípica y dolorosa.