OPINION
22 de mayo de 2020
LAS COOPERATIVAS: UN BUEN INSTRUMENTO PARA SALIR DE LA CRISIS Y SUBIRSE A LA NUEVA OLA CULTURAL.
Carlos Castellano
El Dr. Carlos Castellano es Abogado y Consultor del “Estudio Castellano & Asociados”
La crisis que vivimos –agravada por la pandemia y cuarentena obligatoria-, obliga a repensar las formas de emprender y llevar adelante la actividad económica.
Muchos deberán optar entre cerrar la actividad o reducir drásticamente costos, volumen y rentabilidad del negocio. Esas decisiones traen el problema de afrontar juicios e indemnizaciones por despidos, con los riesgos jurídicos, materiales y emocionales que eso implica. O deberán repensar su diseño de negocio.
En este contexto quizás sea bueno mirar el formato de negocios que desarrollaron y fortalecen las generaciones de la cultura digital.
Las nuevas tecnologías trajeron, hasta de manera contradictoria, fuertes desigualdades socio económicas, pero también recuperaron el concepto del trabajo colaborativo (Co Work)
La colaboración científica y profesional con equipos multi e inter disciplinarios son las formas que hoy permiten trabajar con una visión más global y profunda muchos de los problemas aun no resueltos en diferentes áreas de investigación.
Las plataformas digitales más exitosas se hicieron con esa lógica, a punto tal que hasta el usuario / cliente es pensado como un colaborador para mejorar los productos y servicios que se ofrecen.
Con diferentes objetivos los portales, plataformas y aplicaciones cómo Wikipedia, Amazon, Google, Uber, Mercado Libre y tantas otras se desarrollaron y consolidan sobre la base de la colaboración.
Y el blockchain, sistema base de las denominadas monedas digitales o cripto monedas (como el famoso Bitcoín), trabaja en colaboración permanente para aportarle confiabilidad al sistema.
Más cercanos en territorialidad y servicios aparecen los llamados co working. Espacios para profesionales o prestadores de servicios donde se trabaja en un formato colaborativo, tanto en el uso de las instalaciones y servicios, cómo en el desarrollo de proyectos que pueden ser de interés común.
Otro caso similar son los showroom´s, donde quienes producen productos similares y hasta competitivos entre sí, utilizan un espacio común para su comercialización, achicando costos de locaciones, servicios, comunicación y seguridad.
En esta nueva cultura de negocios se prioriza la eficiencia de la colaboración por sobre la matriz vinculada exclusivamente a la competencia. La mirada es que el otro aporta o tiene algo que aportar, y juntos es más fácil superar obstáculos, bajar costos innecesarios y ser más competitivos.
Estos formatos tienen siempre la base de la confianza y el interés mutuo. Pero tiene también mucho de informalidad.
Sobre esa lógica aportan eficiencia para el desarrollo del producto o servicio que ofrecen, achican riesgos, bajan costos y recrean los mejores valores del emprendedurismo. Unen así diferentes conocimientos y aptitudes para desarrollar objetivos o empresa común.
Los emprendedores y PyMEs que decidan rediseñar para conservar su estructura de negocios con un menor costo social y económico financiero, tienen en las Cooperativas una muy buena opción.
En primer lugar permite evitar despidos, incorporando a los empleados y trabajadores a la empresa cooperativa. Eso achica el costo financiero, jurídico y emocional de los despidos no deseados. Pero también baja a futuro los costos laborales.
La crisis, que genera incertidumbre laboral, favorece el acuerdo con los trabajadores, cuyo mayor preocupación hoy, y a futuro, está en mantener las fuentes de trabajo y sostener parte importante de sus ingresos. ¿Qué mejor entonces que sumarlos a la empresa común de la que todos forman parte?
A ello debe sumarse que un componente importante de los costos de cualquier emprendimiento son los vinculados a los salarios, cargas sociales y presión tributaria. La empresa cooperativa reduce significativamente ambos costos, haciendo mucho más viable la actividad.
Otro indicador a considerar es que al ser todos socios se distribuyen y soportan de manera más equitativa los beneficios y las pérdidas presentes y futuras, achicando considerablemente la conflictividad laboral y aportando mayor sustentabilidad a la empresa, aun para épocas de crisis.
En materia tributaria logran una reducción significativa. Las Cooperativas no pagan ganancias, están exentas de Ingresos Brutos en muchas jurisdicciones y tienen un diferimiento de IVA en muchas actividades, según el rubro y formato en el que se desarrollen.
Dichas reducciones de costos las dotan de mayor fortaleza que -aun con beneficios de moratorias, quitas, y demás incentivos fiscales -, a las estructuras económicas tradicionales. La economía argentina y muchos de sus emprendimientos seguirán sin ser sustentables, porque el mayor problema es que el propio Estado no lo es. Ni a nivel Nacional, Provincial o Local. El déficit de lo público se traslada a lo privado, sea vía inflación o presión tributaria. Eso al menos por varios años más va a continuar en la Argentina.
En este contexto muchas empresas y sus dueños deben reinventarse para subsistir. Una buena opción es modificar la cultura del “dueño” por la del “Director Ejecutivo” (CEO) del emprendimiento.
Ello por cuanto la empresa cooperativa también reconoce y valoriza tanto el aporte financiero de los socios (más aportes mayor participación en los excedentes) como de las funciones que cada socio presta a la empresa pudiendo valorizarlo de manera distinta según el rol y actividad de cada uno.
Las Cooperativas son entonces la herramienta legal que permite institucionalizar el trabajo en colaboración (el co work de las nuevas generaciones), fortaleciendo vínculos en épocas de crisis y otorgando una responsabilidad limitada a su capital social como lo tienen otros tipo societarios.
Son una posibilidad concreta que la ley ofrece para superar esta crisis con menores costos que una quiebra o un ajuste feroz de costos laborales. Permite reinventar el formato empresarial de muchos emprendedores y PyMe´s, y apuntar a un diseño organizacional en línea con la cultura del esfuerzo y beneficios compartidos.
Cooperar para salir de la crisis y rediseñar las estructuras de negocio es un buen camino. Es la nueva cultura que se impone. Por necesidad presente, pero también porque el futuro impone nuevos formatos.