QUILMES
17 de mayo de 2020
UN BARRIO DE QUILMES AZOTADO POR AVE SALVAJE QUE SE ALIMENTA DE MASCOTAS
Una mujer logró grabar al pájaro, que los habitantes del barrio El Trébol confundieron con un águila, cuando sobrevolaba su jardín.
(TELAM) Un ave que los vecinos de Ezeiza confundieron con un águila amenaza desde hace días a las mascotas a las que quiere predar y generó temor en el barrio El Trébol, donde una mujer logró grabarlo cuando sobrevolaba su jardín con la intención de atacar a su perro.
"No se trata de un águila sino de un carancho, un ave de presa que, al igual que otras especies rapaces, están colonizando las ciudades y los barrios por distintos motivos", explicó a Télam el biólogo Matias Pandolfi, investigador del Conicet.
El carancho, que en realidad se llama "Caracara plancus", puede llegar a medir 60 centímetros y pesar más de un kilo. "Este es enorme, y cuando sobrevuela el jardín, con las alas desplegadas, debe medir casi un metro y medio", explicó a Télam Ana Almaraz, que luego de resguardar a su perro Rocco, logró grabarlo con una cámara casera.
"Yo no tengo una mascota pequeña, mi perro es un siberiano, y lo sobrevolaba con intención de atacarlo", agregó la mujer.
No se trata de un águila sino de un carancho, un ave de presa que, al igual que otras especies rapaces, están colonizando las ciudades
Aunque no sea un águila, la presencia del carancho es intimidante porque muchos de sus rasgos hablan de su condición de predador: sus patas son largas y muchos vecinos de la zona comprobaron que es rápido para caminar y correr en el suelo; además, los ejemplares adultos tienen el cuerpo, las alas, la cresta y corona de color oscuro, con el pecho blanco y un pico imponente y grueso.
Si bien no son cazadores aéreos rápidos, sí es cierto que caza pequeños mamíferos, anfibios, reptiles, peces, cangrejos, insectos y lombrices de tierra.
Su llegada a la ciudad de Buenos Aires y el área metropolitana no es nueva: "Las ciudades están llenas de gavilanes, halcones, caranchos, chimangos, búhos y lechuzas", explicó el biólogo Pandolfi, que hizo su postdoctorado en la Universidad de California y se especializa en comportamiento animal.
Aunque la pandemia de coronavirus ha explica ciertos desplazamientos de la fauna local, aquí no parece ser el caso: "La culpa es mas del calentamiento de las ciudades que de la pandemia. La isla de calor urbana aumenta la temperatura mínima de invierno y eso los atrae", agregó el investigador del Conicet.
Y contó el caso de dos caranchos que hace días aterrorizan a los vecinos de Belgrano R sobrevolando la avenida Melián para estupor de las personas que pasean sus mascotas.
De todos modos, las explicaciones no tranquilizan los ánimos en el barrio El Trébol, de Ezeiza: "Estamos preocupados y salimos con nuestros perros o gatos al jardín. Al mío no se lo va a comer porque pesa 27 kilos, pero da miedo y avisé a mis vecinos que tienen mascotas más chicas", dijo Ana Almaraz, cámara en mano porque quiere grabar al visitante temible para compartir por zoom en tiempos de pandemia.